FAVELADO
La lectura de mirlos sufridos
en aguas embriagadas de desechos, ruidos
lenguajes humillados. Decir punitivos
en historias irrevocables
de discursos monótonos
sin lucha.
Dormida en la remota sexualidad de moscas
que imponen su zumbido mesiánico
en los dientes amarillos
de los asaltados por el olvido.
Otra cosa presada
en los ojos situados: en lo que debía ir antes
la enredada concreción de miradas curiosas.
Sin ellas, la propia se pierde
en la pereza de la escritura.
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